Aunque parezca mentira ya ha pasado todo el tinglado navideño. En la foto estoy en el mercado de Navidad y todavía no he había comido el primer turrón. Ahora estoy en la biblioteca haciendo repaso de los miles de ejemplares que he vendido en las fiestas (para las cotillas y los cotillas de turno que sepáis que fueron 22 estupendos ejemplares todos envueltos hasta que se me acabó el papel de regalo).
Lo primero es lo primero ESKERRIK ASKO a todas.
Porque sí, la gente que lee novelas y compra libros en su mayoría es mujer.
En el mercado, entre oleada y oleada de clientes que nos acosaban para hacerse con un ejemplar firmado por los ilustres escritores de Aretxabaleta, dediqué unos segundos a pensar en los escrúpulos que tienen muchos creadores de todo tipo a la hora de vender lo suyo. Lo entiendo, porque la mayoría de veces no nace como un producto para otros, sino como un producto de tu ser que sale de ti casi por generación espontánea. Y el dilema una vez que lo tienes es… ¿se lo enseño a otros? y encima te lo has pasado tan bien sacando al mundo semejante maravilla, que te encantaría pasar el día haciendo eso en vez de otras cosas más prácticas y eso te lleva a la pregunta.. ¿puedo vivir de esto?.. y metidos hasta los sobacos en el agujero de gusano ya te asaltan dudas como… ¿Quién va a comprarme? ¿Cuánto cobro? ¿Dónde vendo? ¿Cómo vendo más?…. seguro que a mucha gente le suenan estas cuestiones.
No sé vosotros pero yo creo en una vida en la que te pasan cosas, y para eso no puede quedarse una sentada comiendo Doritos y pensando .. y siiii… coge una y se lía la manta a la cabeza y publica su libro y se expone y a ver qué pasa.
Aquí estoy con otros dos locos de los libros. Gema Iñiguez y Dabid Aguirre. Gente estupenda, con ganas de hacer cosas y con los arrestos de enseñarlas a sus vecinos a cara descubierta.
Irónicamente, echarme a la calle a vender mi libro supone para mí dejar de escribir. No me da la el tiempo para todo y desde mi silla del mercado echo como nunca de menos sumergirme en mis historias.
Ya no me acuerdo qué quería contar… ¡Ah sí! básicamente decir que para mí merece la pena salir ahí con mis bolsas de libros y papeles a venderos mis historias y que, aunque a veces siento el síndrome de la impostora más vil, también me siento muy viva… así que pienso seguir ahí dando por culo hasta que me arranquen las cajas de ejemplares de mis frías manos muertas.
También recordaros que no hay quien detenga el tiempo y el año ha empezado para bien o para mal. Os recomiendo que este año hagáis lo que más os guste, y si no se os ocurre nada, podéis empezar por leer mi increíblemente sesuda y divertida novela (aquí entro en modo venta a full) de la que he recibido críticas excelentísimas y de otro tipo también. ¡Ni se os ocurra pensar en apuntaros al gimnasio en un arranque de antipolvorónica!
Siempre arrancando una sonrisa , asi da gusto leerte..
Eskerrik asko guapísima.